Juan María Nin e Isidro Fainé han conducido a CaixaBank al liderazgo del sistema financiero español tras la absorción de Banca Cívica
La primera asamblea general de La Caixa tras la reorganización del grupo culminó ayer con la absorción de Banca Cívica. La entidad resultante contará con unos activos de 342.000 millones de euros y 14 millones de clientes, con lo que alcanza el liderazgo del panorama finaciero español. La Caixa prevé que el proceso de fusión termine en el tercer trimestre de este año. Por quinto año consecutivo, además, la entidad financiera destinará 500 millones de euros a la obra social, en un momento en que la reforma financiera pone en peligro la de otras entidades. El Grupo La Caixa –la suma de los diferentes negocios de la entidad financiera– cierra el primer trimestre con unos beneficios de 79 millones.
Tras aprobar las cuentas anuales de 2011, con un beneficio de 975 millones, el presidente de La Caixa, Isidro Fainé, señaló que «la solidez de los resultados extraordinarios y del margen de explotación nos ha permitido sanear y provisionar riesgos futuros». De hecho, en este primer trimestre, el banco a través del cual opera, CaixaBank, destinó 2.436 millones a dotaciones extraordinarias por las exigencias de la nueva reforma financiera. Los resultados, por lo tanto, se han visto afectados y el Grupo La Caixa obtuvo un beneficio neto atribuido de 79 millones de euros, un 76% menos que en 2011. Con el actual contexto económico como telón de fondo, el grupo financiero alcanzó un margen de explotación de 1.031 millones de euros, un 28 por ciento más, gracias al crecimiento del margen bruto (un 12,4% más) y de la reducción de los gastos de explotación.
Más valor
Fainé explicó que la operación con Banca Cívica «crea valor para todos los grupos de interés: para La Caixa, para los accionistas minoritarios, para los empleados y para la sociedad en su conjunto a través de la obra social».
Fainé manifestó que La Caixa, tras la absorción, incorporará como personal propio a los empleados de Banca Cívica, adquirida el pasado mes de marzo por 977 millones de euros, con condiciones laborales comunes con la actual plantilla de la entidad catalana. Con la fusión de Banca Cívica –Caja Navarra, Caja Burgos, Cajasol y Caja Canarias– La Caixa será líder en Cataluña, Andalucía, Navarra, Baleares y Canarias, posicionándose en un segundo puesto en Madrid, las dos Castillas, Comunidad Valenciana y País Vasco. El presidente de La Caixa reveló que esta decisión «estaba recogida en el plan estratégico 2011-2014 de la entidad»
Sobre el proceso de bancarización de la entidad, y el nacimiento de CaixaBank, Fainé explicó que «la entidad sigue fiel a sus valores» y destacó que «su singularidad inimitable se encuentra en un proyecto institucional de servicio social». De hecho, la obra social, pese al entorno económico, realizó 36.000 actividades en 2011, por lo que contará con 500 millones de presupuesto por quinto año consecutivo. «Es la razón última que justifica nuestra actividad como entidad financiera», subrayó Fainé.
Tras aprobar las cuentas anuales de 2011, con un beneficio de 975 millones, el presidente de La Caixa, Isidro Fainé, señaló que «la solidez de los resultados extraordinarios y del margen de explotación nos ha permitido sanear y provisionar riesgos futuros». De hecho, en este primer trimestre, el banco a través del cual opera, CaixaBank, destinó 2.436 millones a dotaciones extraordinarias por las exigencias de la nueva reforma financiera. Los resultados, por lo tanto, se han visto afectados y el Grupo La Caixa obtuvo un beneficio neto atribuido de 79 millones de euros, un 76% menos que en 2011. Con el actual contexto económico como telón de fondo, el grupo financiero alcanzó un margen de explotación de 1.031 millones de euros, un 28 por ciento más, gracias al crecimiento del margen bruto (un 12,4% más) y de la reducción de los gastos de explotación.
Más valor
Fainé explicó que la operación con Banca Cívica «crea valor para todos los grupos de interés: para La Caixa, para los accionistas minoritarios, para los empleados y para la sociedad en su conjunto a través de la obra social».
Fainé manifestó que La Caixa, tras la absorción, incorporará como personal propio a los empleados de Banca Cívica, adquirida el pasado mes de marzo por 977 millones de euros, con condiciones laborales comunes con la actual plantilla de la entidad catalana. Con la fusión de Banca Cívica –Caja Navarra, Caja Burgos, Cajasol y Caja Canarias– La Caixa será líder en Cataluña, Andalucía, Navarra, Baleares y Canarias, posicionándose en un segundo puesto en Madrid, las dos Castillas, Comunidad Valenciana y País Vasco. El presidente de La Caixa reveló que esta decisión «estaba recogida en el plan estratégico 2011-2014 de la entidad»
Sobre el proceso de bancarización de la entidad, y el nacimiento de CaixaBank, Fainé explicó que «la entidad sigue fiel a sus valores» y destacó que «su singularidad inimitable se encuentra en un proyecto institucional de servicio social». De hecho, la obra social, pese al entorno económico, realizó 36.000 actividades en 2011, por lo que contará con 500 millones de presupuesto por quinto año consecutivo. «Es la razón última que justifica nuestra actividad como entidad financiera», subrayó Fainé.
Archivada la causa contra la familia Botín
La Audiencia Nacional ha archivado la causa contra el presidente del Banco de Santander, Emilio Botín, y varios de sus familiares por un presunto fraude fiscal. La Audiencia da por buena la regularización que practicaron, que les llevó a pagar en declaraciones complementarias unos 200 millones. Los hechos denunciados se remontan a mayo de 2010, cuando Francia informó a la Agencia Tributaria española sobre una serie de personas con fondos en cuentas del banco suizo HSBC Private Bank Suisse. Entre estas personas estaban doce miembros de la familia Botín, acusados de de no haber presentado las autoliquidaciones del IRPF y del Impuesto sobre el Patrimonio entre 2005 y 2009. A petición de la Agencia, regularizaron su situación financiera.
La Audiencia Nacional ha archivado la causa contra el presidente del Banco de Santander, Emilio Botín, y varios de sus familiares por un presunto fraude fiscal. La Audiencia da por buena la regularización que practicaron, que les llevó a pagar en declaraciones complementarias unos 200 millones. Los hechos denunciados se remontan a mayo de 2010, cuando Francia informó a la Agencia Tributaria española sobre una serie de personas con fondos en cuentas del banco suizo HSBC Private Bank Suisse. Entre estas personas estaban doce miembros de la familia Botín, acusados de de no haber presentado las autoliquidaciones del IRPF y del Impuesto sobre el Patrimonio entre 2005 y 2009. A petición de la Agencia, regularizaron su situación financiera.
