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La entrada en el proyecto de Caja Sol complicó la situación de la entidad que nunca funcionó y que apenas obtuvo beneficios en el primer trimestre de 2012
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Caixa Bank declara que tiene solvencia necesaria para seguir adelante con la fusión
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La Caja Insular de Las Pamas queda sepultada por la nacionalización de Bankia
1.287 millones de euros necesita Banca Cívica para sanear sus activos inmobiliarios. Según los expertos, este proyecto muy interesante de integración de cajas empezó a fallar cuando entró en él Caja Sol, la entidad sevillana muy cercana al Partido Socialista.
La dotación de esta cantidad se realizará en el proceso de absorción de Cívica por CaixaBank, no culminado aún pero en estado avanzado. De no llevarse a cabo este proceso, Banca Cívica difícilmente hubiera sobrevivido y hasta hubiese tenido que ser intervenida por el Estado, como ocurrió con la Bankia de Rodrigo Rato.
Cívica presentó anteayer sus cuentas del primer trimestre, sin beneficios (189.000 euros), frente a los 54,1 millones en el mismo periodo en el 2011. Esta merma en los beneficios se debió a las mayores dotaciones exigidas por la autoridad monetaria española. El activo total de Cívica fue de 77.100 millones, un 7,34% más, y el crédito a clientes de 49.027 millones. El patrimonio neto asciende a 2.853 millones.
CaixaBank, que asume los costos de la fusión con Cívica, deberá provisionar 2.102 millones de euros para el saneamiento de sus activos inmobiliarios.
Sus directivos indican que son conscientes de la situación y de que no creen que las provisiones suyas y las de Banca Cívica, en proceso de integración, tengan un impacto significativo adicional ni en el patrimonio ni en la solvencia de CaixaBank.
Estas cifras difieren mucho de las de Bankia, que deberá provisionar 4.813 millones de euros. En Bankia está integrada la Caja Insular de Ahorros de Canarias de Las Palmas.
En esta edición publicamos una información relativa al descontento que existe en las cajas canarias con esta reforma. Las entidades isleñas perdieron la oportunidad de unirse (las de ahorro y las rurales) y de formar el gran banco interinsular, que tenía que haber sido apoyado por un Gobierno regional que no hizo ningún intento serio por la fusión.
Lo de Banca Cívica se ha demostrado que fue mala experiencia para CajaCanarias, que empezó siendo cabeza de ratón y terminó siendo cola de león, tras la entrada en Cívica del ambicioso Pulido, presidente de Caja Sol. Entre él y Goñi (Caja Navarra) se repartieron el pastel, relegando a un lugar de segundones a las cajas de Canarias y de Burgos, hoy muy cabreadas con la postura de las otras dos (Sevilla y Navarra), más saneadas que la sevillana.
Ahora se habla de que las cajas canarias no pierdan su personalidad jurídica, ni su capacidad operativa, y que se conviertan en cooperativas, tipo cajas rurales. Pero parece que es demasiado tarde.
