martes, 24 de julio de 2012

La Caixa tira de bajas forzosas para cuadrar el recorte en Banca Cívica

Mano firme para empuñar la tijera de los recortes. La semana pasada, La Caixa informó a los representantes sindicales de Banca Cívica, la entidad resultante de la fusión a cuatro entre Cajasol, Caja Navarra, Caja Burgos y Caja Canarias que absorbió el pasado mes de marzo, de que el plan de reestructuración puesto en marcha para prescindir de 1.500 trabajadores ha incluido un 35% de bajas forzosas, dado el bajo grado de adhesión por parte de la plantilla. 
Según la información remitida por La Caixa a los sindicatos de Cajasol, Caja Navarra, Caja Burgos y Caja Canarias, han sido necesarias un total de 560 bajas forzosas (además de un remanente de otros 26 despidos que se reserva el nuevo propietario). El programa de salidas incentivadas sólo ha sido aceptado por 892 trabajadores. Estas bajas voluntarias comprenden 470 prejubilaciones, 204 bajas indemnizadas y 218 suspensiones voluntarias.
Aunque formalmente el plan de reestructuración corre a cuenta del antiguo equipo gestor de Banca Cívica, pues se firmó el pasado mes de mayo, antes de que en junio estuviera formalizada jurídicamente la absorción por parte de La Caixa, que anunció su operación a finales de marzo, la supervisión del plan ha sido realizada desde Barcelona. Y tras dos meses, la lista con los 1.500 empleados (un 20% de la plantilla absorbida) a los que afecta el recorte está cerrada.
"Podría haber incluido más bajas voluntarias, pero La Caixa ha actuado de forma poco generosa", explica un interlocutor sindical. "Ha faltado información.Los empleados asociaron suspensión temporal de empleo con despido y la entidad ha jugado con eso para presionar". Sin contacto alguno durante el proceso, los sindicatos fueron convocados para el pasado jueves 19 de julio en Madrid, cuatro días después de que expirara la fecha oficial para acogerse al plan.
De momento, La Caixa sólo ha ofrecido cifras agregadas del contenido del ajuste por áreas geográficas y por entidades. Y en ese cuadro final, la parte más sacrificada es la andaluza Cajasol, como corresponde a su mayor tamaño dentro de la fusión de Banca Cívica. "El 50% de los recortes afectan a Andalucía", aseguran desde Sevilla, donde parte de la plantilla que continúa en los servicios centrales está siendo destinada a otras provincias de la comunidad.
Tampoco se ha concretado si las salidas vinculadas a la alta dirección de las cuatro cajas de ahorro que formaban Banca Cívica, negociadas de manera individual, forman parte de las 1.500 bajas. De momento, sólo algunos altos cargos siguen bajo el paraguas de La Caixa, aunque la entidad catalanaha tirado de su gente para configurar el nuevo organigrama directivo dentro de la resultante, que divide en ocho áreas territoriales su mapa de negocio en la Península.
El tijeretazo de 1.500 personas se ha hecho oficial sólo unos días antes de que el proyecto de Banca Cívica hubiera cumplido su primer año de vida, como también ha ocurrido con Bankia. La fusión a cuatro liderada porEnrique Goñi y Antonio Pulido, que siguen en el proyecto como consejeros de Caixabank, tuvo que salvarse del castigo de los mercados bajo el paraguas de La Caixa, después de que otras opciones como las de BBK o Ibercaja resultaran fallidas.