martes, 17 de julio de 2012

Banca Cívica y su impacto empresarial

Una disputa relativamente modesta sobre una empresa de tecnología audiovisual catalana es reveladora del tremendo impacto que la reorganización de las cajas puede tener en el tejido empresarial español.
Las grandes carteras de participaciones corporativas que crearon las cajas durante la última década van a ser desmontadas poco a poco como consecuencia de la reestructuración del sector financiero. Por un lado, las participaciones con plusvalías serán vendidas como una fórmula para elevar el capital de las entidades. En el caso de las posiciones que arrojan pérdidas, también se buscarán nuevos compradores para poner un suelo a la valoración de esos activos y darles liquidez.
Esta situación ya afecta la cotización de grandes empresas como Iberdrola e IAG (BA-Iberia), ante la incertidumbre sobre la participación de Bankia. En otros casos menos conocidos, la cartera industrial puede crear quebraderos de cabeza. Es el caso de Banca Cívica, que, al ser absorbida por CaixaBank, se ha encontrado con la posibilidad de perder el 95 por ciento de su inversión en Adecq Digital por las cláusulas de cambio de control en el acuerdo de accionistas de esa firma audiovisual. Es probable que la entidad tenga que ir a juicio para proteger su dinero, unos dos millones de euros. Si esta pequeña empresa genera este lío a las cajas, mejor no pensar lo que sucederá cuando intenten deshacerse de otras participaciones mucho más significativas.