jueves, 21 de junio de 2012

Economía y Banco de España darán salida a las `preferentes cautivas´

El valor de las preferentes en caso de liquidación del banco estaría próximo a cero
Los afectados por estos activos aprovechan la protesta de los minoritarios de Bankia
A la sombra de rescates e inyecciones de capital, los problemas de las participaciones preferentes han permanecido en calma en las últimas semanas, lo que no parece haber detenido a una “masa” considerable de miles de afectados tenedores de esos títulos que, al igual que bancos y Estados, desean ser rescatados. La mayoría de las entidades; Caixabank, Santander, BBVA, Sabadell, Popular, Caja España, Bankia, Cívica, Bankinter… han solucionado (o están en trance de) el asunto de devolver (asegurar) la liquidez de esos activos por vías alternativas como por ejemplo, a través de su conversión en depósitos, canje por acciones o canje por bonos posteriormente convertibles en acciones. Son, al menos, soluciones a los problemas de las pérdidas y en otros casos de iliquidez, aportados por las entidades financieras. Soluciones que no dejan contentos a todos, sobre todo a los atrapados en las emisiones preferentes (“cautivas”) de las que esperan ser subastadas: Catalunyacaixa, Novagalicia y Banco de Valencia.
Las tres entidades en esa situación, nacionalizadas en el Frob, se encuentran atadas por un destino incierto que pasa por una subasta, interrumpida en la actualidad, o por el cierre, idea sugerida recientemente desde la Comisión Europea por boca de su vicepresidente Joaquín Almunia. Los afectados por las preferentes de las tres entidades, viven la situación de bloqueo técnico de las tres entidades emisoras de esos productos. Una fuente estima que al menos 65.000 afectados, titulares de preferentes, estarían esperando una salida a cerca de 2.000 millones de euros. Un número de afectados (de los que cerca de la mitad se habrían movilizado con demandas colectivas) suficiente como para que Economía y Banco de España hayan convenido en una fórmula que será conocida en breve, si bien con anterioridad debe definirse el futuro de las tres entidades nacionalizadas, pues no se descarta la posibilidad de liquidación de alguna de ellas.

Entretanto llega la solución para los tenedores de las preferentes “cautivas” y también para las entidades emisoras, los afectados se unen a los accionistas minoritarios de Bankia en una causa común: solicitar mayor atención de las entidades financieras, comenzando por solicitar la representación de estos en el consejo de administración, petición que ya ha chocado con todos los muros del derecho societario.

Sin embargo, el asunto puede haber encontrado su coyuntura ideal en la suma del mejor escenario y de uno de los mejores defensores. El escenario, formado un nutrido calendario de citas: las juntas generales de accionistas, momento ideal, para muchos de gloria, que seguramente serán aprovechadas por representantes legales para hacer preguntas al consejo allí presente, así como manifestaciones públicas amplificadas posteriormente en los medios de comunicación.

En el apartado de los representantes, un reciente ejemplo puede servir de guía para muchas entidades que a partir de ahora no deberán perder de vista: bufetes con el “caché” de Cremades & Calvo-Sotelo se encargan de interponer acciones civiles por mandato de accionistas minoritarios que persiguen lograr una indemnización por, en este caso, la salida a Bolsa de Bankia. Las organizaciones de usuarios de servicios y productos bancarios de toda España reciben estos días numerosas delegaciones de voto para asistir a las juntas generales, donde algunas de ellas aseguran que no pasarán, a diferencia de anteriores citas, inadvertidas.

La estrategia de algunos despachos así como de las asociaciones de accionistas, pasa por aprovechar el fiasco que supuso la comercialización y posterior salida a bolsa de Bankia, un asunto cuya magnitud ha provocado las reacciones más fuertes en el Ejecutivo español así como en Bruselas, por su impacto social, financiero y político, además de ser uno de los cinco más grandes. Y en esa estela es donde se enmarca ahora la táctica de los tenedores de preferentes.

Ahora, las grandes entidades se encuentran con la necesidad de atender a los clientes e inversores de preferentes, y al mismo tiempo, de prevenir y controlar la reacción social de los pequeños accionistas. En el caso de Bankia, pueden haber perdido una parte de sus ahorros como consecuencia de la depreciación en la Bolsa, pero en el caso de las preferentes es posible que algunos acaben por perder todo si se liquida la entidad, pérdida que ni Economía ni Banco de España quieren evitar por diversos medios.