lunes, 24 de septiembre de 2012

La "opereción 2x1" de la caixa con repsol como telón de fondo

La entidad catalana ha abierto de nuevo la veda de Brufau. Esta vez como gran oportunidad para transportar a Juan María Nin hasta la petrolera y consolidar el liderazgo de Isidro Fainé

A este paso Antonio Brufau va a tener que zamparse una dieta de antiinflamatorios a base de Omega3 para combatir los sucesivos porrazos del acoso y supuesto derribo que viene sufriendo al frente de Repsol. Primero fue Luis del Rivero con su temeraria huida hacia delante en Sacyr y ahora es Borja Prado en ese callado deseo por sacudirse las limitaciones que impone su tarjeta de visita como representante útil de una multinacional extranjera en España. Endesa es una gran empresa pero no deja de ser la filial de Enel y ahí quien manda es Andrea Brentan, consejero delegado de la compañía y hombre de confianza de Fulvio Monti.
Del árbol caído todo el mundo hace leña pero las raíces catalanes del todavía presidente de Repsol exigen una cuidada operación de desembarco para cualquier aspirante que ambicione el trono de la petrolera. Es cierto que Brufau no tiene el favor ni el fervor del Gobierno y que Cristina Kirchner se relame por doblarle el pulso tras la expropiación de YPF. Para más inri, la guerra de precios en el mercado de los carburantes ha levantado ampollas al ministro de Industria, José Manuel Soria, probablemente el aliado de conveniencia que más ha defendido a Repsol en su conflicto con Argentina.
Esta vez parece que existen razones de peso para que Isidro Fainé extienda sus dominios por todos los confines de La Caixa renovando la doctrina de ordeno y mando que hizo célebre aJosep Vilarasau. El actual presidente del gran hermano financiero ha explotado su particular seny empresarial con una paciencia exquisita y la esperanza infusa de que el tiempo terminará poniendo a cada uno en su sitio y a Brufau muy lejos de Repsol.
La integración efectiva de la petrolera en el perímetro de consolidación de Fainé empieza a conocerse en los aledaños de La Diagonal con el término de «Operación 2X1» por cuanto que podría suponer el pasaporte de Juan María Nin a la presidencia de la petrolera. De esta forma no solo se acabarían los recelos con Brufau sino también las disputas con el actual director general de La Caixa sobre el modelo de banco que debe inspirar la estrategia futura de la entidad de crédito.
Nin considera que CaixaBank no debe ni puede estructurarse como el epicentro de un emblemático grupo industrial y entiende que las participaciones en Telefónica y Repsol habrían de ser transferidas a la despensa de Criteria como paso previo para su venta en los mercados. Fainé, por el contrario, ha luchado a brazo partido para conseguir la dispensa del Gobierno de modo que su nuevo banco no tenga que pasar por la horca caudina del FROB y no está dispuesto a perder ni una sola de las colonias que han ido configurando el vasto imperio corporativo de La Caixa.
El presidente de La Caixa quiere aprovechar los malos tiempos para presentar la mejor cara y su director general se muestra menos aventurero ante una crisis que ha impartido severas lecciones en el mercado financiero. Fue Nin precisamente quien rompió la baraja ante Rodrigo Rato en las negociaciones con Bankia y uno de los que se oponen directamente al deseo renovado de Fainé para cerrar un acuerdo exprés con el Banco Popular en cuanto que Oliver Wyman desvele las necesidades de capital de la entidad presidida por Ángel Ron.
El movimiento de tierras derivado del rescate bancario es la causa principal del terremoto registrado en Repsol. La Caixa ha vuelto a declarar la veda en el seno de la petrolera y algunos se han apresurado a pasar la factura exigiendo su cuota de influencia en la designación del futuro presidente. Es el caso de Juan Abelló, hombre clave desde Sacyr en la derrota de Luis del Rivero y principal valedor en la nominación de Borja Prado. Una candidatura que Fainé ha tratado de neutralizar desde el primer instante aprovechando el complicado anclaje que tendría un aspirante refinado en el mundo empresarial de «los madriles» dentro de una compañía gobernada con barretina. Para este viaje no hubieran sido necesarias tantas alforjas como las que hubo que cargar hace ocho años junto al amigo Montilla cuando entre unos y otros consiguieron transportar a Alfonso Cortina fuera de Repsol.
La relación entre los dos primeros ejecutivos de La Caixa empieza a ser insostenible y esa es la razón de fondo por la que algunos han decidido abrir de nuevo la veda sobre Brufau. Eso sí, en estos momentos de exaltación independentista es básico que todo se quede en casa, por lo que es menester encontrar una solución interna, acomodando a Nin en la petrolera o, si no fuera posible, en Gas Natural. Salvo mejor opinión de Artur Mas y su ideario secesionista, Fainé cree que ha llegado el momento de revalidar sus galones como «césar imperator» de la primera y casi única caja de ahorros que va a quedar en España. Ahora o nunca.